lunes, 12 de julio de 2010

Nuevos poderes

Ya llevo, aproximadamente, tres semanas en Thais. El caminar por sus calles ya me parece algo completamente normal, y empiezo a sentirme en casa al llegar. De hecho, creo que me relaciono mejor con la gente... ¿Que a qué me refiero...?

Llevaba una racha estupenda de Rotworms, el dinero me entraba a espuertas. Además, los golpes cada vez me molestaban menos, y el dolor se veía reducido... Decidí salir un rato de la cueva, y me dirigí a Thais. Los trolls ya no representaban la más mínima amenaza para mi... Al llegar al Depot, observé mi vara, la Wand of Vortex... me pregunté si, a estas alturas, no podría con algo mejor... Un viejo druida que había estado observándome se dirigió a mi.

-Deja esa vara, y sígueme. Tú ya estás preparado... -Dijo.
-¿Preparado para qué? -Pregunte inquieto.
- Tú sigueme, y trae mil monedas de oro. Hazme caso, chico. -Y tras decir esto, echó a andar.

Cogí el dinero y fui tras él, al fin y al cabo ¿Qué es lo peor que podría pasar? Entonces apareció un dragón y me mató. Que no, es broma. Me llevó a una tienda peculiar, la magia se notaba en el aire... era tan densa, que creo que hubiera podido cortarla con un cuchillo. El druida fue hacia mostrador.

-Hola... -Me señaló, y el dependiente asintió.

El druida abandonó la tienda sin decir nada más. El dependiente me examinó con la mirada...

-Ya veo. Aún usas una Wand of Vortex. -Dijo con un tono seguro.
- ¿Cómo sabes eso...?
-Lo veo en ti. Veo en tus ojos las ganas de poder. Serás un gran hechicero... pero no avanzarás nada sisigues con ese bastón de pacotilla. Casualmente, aún me queda una Wand of Dragonbreath. Te veo preparado para usarla, de verdad. Cuestan 1000 monedas de oro.
-Bien, esto... tenga.
-Tú eres y serás de los buenos, chico. ¿Cómo te llamas?
-Soy Thor Makin, pero pronto oirás mi nombre en la calle.
-Bien, tienes espíritu. Oye, no es que desconfíe, pero a menudo pasa que la gente muere. Si perdieras tu nuevo bastón, usa una Wand of Vortex. Ten, otra de regalo.
-Vaya, gracias...

Salí de la tienda con mi nuevo bastón... era rojo, con la cabeza de un dragón joven en el extremo. Bajé a las alcantarillas y le ataqué a una rata. Los ojos del dragón brillaron, y su boca se abrió. Una bola de fuego salió disparada, acabando con la rata directamente.

No podía esperar a probarlo contra Rotworms... incluso, tal vez, me atrevería a probarlo contra un cíclope. LLegué al ancien temple, hogar de los Rotworms. Recorrí la mazmorra entera acabando con ellos a diestro y siniestro, hasta llegar a la sala de los cíclopes. Me dirigí con una suma cautela hacia uno de ellos... en cuanto me vio, empecé a huir a la vez que disparaba bolas de fuego. Parecía resistirlas bastante bien. Un golpe del cíclope me hirió bastante, pero un EXURA recuperó mi herida y sané. AL final, el cíclope calló rendido ante el poder de la Wand of Dragonbreath. Continué luchando contra ellos, siempre con sus riesgos, pero...
¡DECIUS APARECIÓ!
Pese a que me puse delante suya, me apartó de un empujón. Me dijo que no tenía tiempo para discutir, que necesitaba dinero, y rápido. Entonces, se quedó mirándome...

-Te ofrezco un trato -Dijó.
-¿¡Un trato contigo, Decius?!
-Tranquilo, Makin. ¿Qué te parece si tú practicas tu magia contra los cíclopes, mientras yo los paro con mi escudo y mi resistente armadura?
-Y a cambio te quedas el dinero... entendido.

No es que me gustara tratar con Decius, pero necesitaba probar mejor la vara. Me pareció increíble como aguantaba los golpes, pero claro, solo se centraba en la defensa, por lo que apenas podía atacar. No obstante, avancé mucho luchando contra los cíclopes. Después de irse, continué yo. Uno de los cíclopes que maté solo contenía una halabarda (se la habría tragado...). La cogí, y la guardé en mi mochila. Viendo que ya tenía un montón de oro, pensé que la mejor opción sería volver a Thais. Al pasar por la tienda de armas, le pregunté a Sam si quería comprar mi halabarda. Ofreció 400 monedas de oro, lo que me pareció un trato justo. Así, volví al Depot a descansar de otra semana muy agotadora.

Hoy me he sentido incluso agusto trabajando con Decius, pero... que no se te olvide que mis ansias por acabar contigo son incluso mayores. ¿Quién sabe que nuevos poderes ganaré en el futuro? Estate preparado...

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